Gerenciando con temor


Cuantas veces repetimos la frase, no hagas lo que no te gustaría que te hagan. Sin embargo, sin quererlo o queriendolo, ejercemos temor sobre nuestros subordinados o lo padecemos de nuestros superiores, ya sea el propietario de la empresa, su directiva, etc.

Muchos lo disfrazan de presión. Justifican su uso en nombre de exigir el trabajo bien hecho, entregado en tiempo y forma u otras razones.

Presionar en todo caso, deberá ser enfatizar sobre el compromiso asumido. Repasar las consecuencias de un desempeño negligente o desprolijo. Animar al logro en tiempo y forma para superar la situación existente o remarcar la satisfacción o premios que podrían recibirse luego.

El temor en muchos casos llega al amedrentamiento, al menosprecio, a la agresión verbal y cuantas veces, a la agresión física. El temor deja secuelas, muchas veces en la personalidad del afectado, de por vida o al menos hace a estas situaciones, verdaderamente, inolvidables.

El heroe de tv o cine suele decir, "tengo miedo pero lo controlo". Reservemoslo en todo caso para situaciones límite que nunca faltan en la carrera de un gerente. Pero no abusemos de él y si es posible, evitemoslo, por nuestro bien y por el de aquellos que dependen de nuestras decisiones.

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