Los procesos administrativos & los mamarrachos

El artículo anterior, referido a la burocracia, generó una serie de comentarios y consultas de algunos lectores y estudiantes con quien trato. Una de estas personas, creía que el tema no estaba agotado, e inclusive llegó a describir jocosamente a la organización donde presta servicios como un “mamarracho”.

Esa dura aseveración, generó en mi preocupación y a la vez nuevamente una reflexión para compartir con los lectores. Efectivamente, si bien todos conocemos los importantes esfuerzos que por ejemplo, muchas empresas públicas vienen realizando en pos de su modernización y racionalización de procesos, es dificil comprender como aún subsisten organizaciones que se aproximan más a un “mamarracho” que a otra cosa.

Según el diccionario de la real academia española, mamarracho es: Del ár. hisp. *muharráǧ o *muharríǧ, y este del ár. muharriǧ, bufón).1. m. coloq. Persona o cosa defectuosa, ridícula o extravagante.2. m. coloq. Cosa imperfecta.3. m. coloq. Hombre informal, no merecedor de respeto.

A pesar por ejemplo de sendas comisiones asesoras, continuamos encontrandonos con leyes incompletas que ya antes de ser aprobadas se considera que deberán ser modificadas. Hay reglamentos en los municipios, disposiciones de salubridad y cuantas otras cosas más. quienes portamos el título académico de administradores o quienes lo ejercen, inclusive desde gerencias, direcciones o ministerios, deberíamos autocriticarnos con gravedad acerca de nuestros quehaceres y el producto de nuestras disposiciones o creaciones (estructuras administrativas) a estas alturas del tiempo.

No debe sorprendernos encontrar incluive entre sendos computadores personales, servidores y redes, aún muchos cuadernitos encolumnados para registrar primitivamente traspasos de documentos o procesos tristemente intrincados.

Lamentablemente continúa la presión sobre colaboradores que, imposibilitados de realizar cambios, deben padecer la lentitud, el reclamo de terceros y por encima de todo, los discursos rimbombantes del ejecutivo de turno que habla de modernización, progreso, desarrollo del sector y lo que el país necesita. Quienes pretenden ser exitosos, deben aprender también estas tristes lecciones para que, cuando tenga su oportunidad, no repita estos tristes errores y aprenda a dirigir con el ejemplo.





Excesos de la organización administrativa

Hace unos meses, un estudiante de la Universidad, compartió conmigo su gran decepción con respecto a la empresa donde trabajaba, debido al proceder de buena parte de sus administrativos.

“Mas papista que el Papa: Frase que se utiliza para hacer ver que alguien es más estricto o que quiere aplicar más que nadie una determinada ley, creencia, orden, etc., incluso por encima de los que dictan esa ley, sustentan esa creencia o han creado la orden”.

Lamentablemente en el pasado y en el presente, muchos ejecutivos, en distintas jerarquías hemos tenido que padecer los excesos de esos empleados que tanto daño hacen tanto en lo económico como en lo moral en las organizaciones.

En general, están próximos a gerentes con alta cuota de poder o dueños de negocios, y claro está, se amparan justificando sus acciones en el celo por el control o el cumplimiento de instrucciones recibidas. Poco o nada les importa si ocurre un fracaso comercial, al contrario, con suficiencia (falsa) luego serán capaces de afirmar que los responsables fueron esos, que pretenden hacer negocios avasallando las disposiciones vigentes....entonces...dirán: ”Que clase de negociadores tenemos en la empresa...así cualquiera hace negocios....que falta de profesionalismo tienen estos...”

En verdad, habrá que analizar más allá de estos empleados y procurar entender o poner al descubierto las denominadas “políticas ocultas” de la empresa. Muchas veces, en didáctica se menciona lo que se conoce como “curriculum oculto”, es decir, lo que no se dice explícitamente pero sin embargo se sostiene o se muestra tácitamente. En una organización, los excesos producidos por estos empleados en materia de burocracia, son un mensaje claro del alto nivel de desconfianza de la dirección en sus empleados. Otras veces, se utilizan para distraer la atención debido tal vez a actividades u operaciones que se quieren disimular u ocultar. Aquí ya no hay mucho espacio para justificar procedimientos en nombre de la ciencia contable o administrativa. Sin embargo, suelen salir airosos de casi todas las batallas.

Habrá entonces que aprovechar todas las oportunidades para manifestar o hacer conocer estas situaciones, preferentemente a las más altas autoridades. Esto es porque también se ha dado el caso, que no se trata de una política oculta sino al contrario de un “asesino moral” suelto a quien hay que detener cuanto antes. También servirá para dar un mensaje claro de que como profesionales cuestionamos y no estamos de acuerdo con esas prácticas y que al fin de cuentas, en la medida que todo fluya, la empresa prosperará más de lo que hoy prospera. Muchas veces los dueños o directivos deben tener información de primera mano, no solo de lo que se gana, sino de lo que se está dejando de ganar (que a menudo es mucho), no por culpa de las fuerzas del mercado sino del enemigo interno que se tiene y que tanto daño hace a todos.