La imagen tiene mucho de simbólico e irónico claro está, precisamente para analizar, como lo venimos haciendo, cuales son nuestras consideraciones a la hora de pretender motivar a nuestra gente.
Muchos gerentes, directores, dueños de empresas, parten subestimando a los miembros de su organización y claro está, a la luz de la planilla excell que tienen a su lado, procuran a toda costa bajo la lupa de su rentabilidad, disfrazar muchas veces su mezquindad más que otra cosa.
Las reflexiones de esta página, poco a poco plasman más las anecdotas y observaciones de decenas de alumnos con quien comparto horas de cátedra universitaria que mi propia experiencia. Esto se debe, curiosamente a que los casos se repiten una y otra vez, muy a pesar del transcurso del tiempo y del aumento de la velocidad en que se cuenta con información para capacitarnos, formarnos y crecer como profesionales.
Hemos de ser considerados desde el punto de partida. Motivar en muchos casos representa recompensas económicas, en otros algunos obsequios ya sea un objeto, un viaje, cenas, etc... Todo esto puede funcionar en la medida que nuestra gente de por sí se sienta bien con lo que hace, como lo hace, cuanto se le paga, como se le trata, donde trabaja, etc... Es verdad que hay muchos casos en los que existen déficits en todos estos puntos e igual debe realizarse una tarea y por ende el gerente (lider por definición), debe lograr que su grupo encuentre motivos para realizar igualmente la tarea de la mejor forma posible para lograr el objetivo. El punto es no caer siempre en el mismo cuento de que ahora es necesario realizar esfuerzos extraordinarios para sacar adelante "la causa" , mientras que una y otra vez las condiciones básicas del trabajo, remuneración y afines continúan por debajo de las expectativas o las promesas realizadas.
Estas prácticas no solo son contraproducentes sino que automáticamente son detectadas por los miembros de la organización y por ende automáticamente genera resultados no deseados. Claro está que en su descargo, el gerente, director, jefe o lo que fuera dirá que esa gente no se conforma con nada, que no es optimista, que no se juega, que es mediocre, etc...
Para motivar debe partirse de que los acuerdos básicos se cumplen. Se le puede hablar de esfuerzo y entrega, de sacrificios y privaciones a cambio de lograr la ansiada meta. Pero al llegar a ella, debe haber coherencia con las recompensas. Tristemente en muchas organizaciones se habla que los salarios no se pueden aumentar o que la rentabilidad de los productos no lo permiten y en contrapartida los número 1, la alta gerencia o la alta dirección ostenta autos lujosos que se cambian una y otra vez o anuncian sus viajes a países exóticos. En la organización quedan los sargentos, los jóvenes tenientes y los valientes capitanes con sus soldados, que tienen que motivar y animar a lograr grandes victorias para la gloria de la organización.
Coherencia, retribuciones justas, beneficios sociales, cumplimiento de la ley laboral, reglas claras, buen ambiente de trabajo, disposición de herramientas apropiadas...estos son los elementos escenciales para hablar de motivación y para que el grupo se cohesione.
Reflexionemos sobre este tema candente, como siempre, autoevaluemonos y busquemos la forma de poner sobre la mesa todo aquello que haya que cambiar para lograr la perpetuidad de la organización y el progreso verdadero de sus integrantes.
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