Buscando materiales para esta reflexión del día de hoy encontré una gran cantidad respecto a ambos términos. En muchos casos se utilizan como sinónimos, en otros se complementan y en varios los analizan como una evolución...el uno de otro.
Sin embargo encontré una referencia donde nos recordaba que Gerenciar, se refiere más a dirigir y Administrar se refiere a servir -ad ministere- Creo que en el día a día, deben ser pocos los administradores o jefes administrativos que se sientan"servidores" (lo digo con respeto y con un poco de humor también..). También convengamos que a menudo encontramos a algunos gerentes de área que se sienten como este general romano que tenemos a nuestra izquierda...con ese rostro duro, hostil, impartiendo implacablemente ordenes...
Pues sin enredarnos en cuestiones terminológicas, verdaderamente se espera es que un gerente dirija, marque rumbo, sea ejemplo, esté delante, motive, anime, estimule a resistir y acometer (fortaleza). Y también hemos de recordar los ejemplos que tenemos de "servir". Personalmente la palabra me hace disparar mi memoria a la recordada Madre Teresa de Calcuta. Ejemplo viviente del siglo 20 de servicio, sencillez, acción, decisión, obras concretas y opción por aquellos que más necesitan. Ejemplo del "operas et non verba" (obras y no palabras) que deberíamos imitar
Estoy seguro que el lector encontrará muchos otros ejemplos de servicio. Los cristianos tienen un signo muy patente que Jesús quiso dejarles a sus apóstoles y por ende a toda la humanidad, me refiero al lavatorio de pies, la noche de la ultima cena.
Lo que podríamos decir de gerenciar y administrar es que siempre debemos tener presentes ambas aristas de nuestra noble profesión, arte, técnica y oficio! Deberíamos pensar cuanto de "servir" a nuestros clientes internos y externos verdaderamente está presente en nuestro desempeño cotidiano. Hasta que altura de las consecuencias lo llevamos adelante y si siempre esperamos ser retribuidos por ello con un "toma y daca" como lema o también lo hacemos como parte de la naturaleza de lo que hemos escogido como profesión.
Y como gerentes, si verdaderamente estamos al frente o si miramos la batalla desde lo alto de una colina, tomando una copa de vino debajo de una carpa como en esas películas que recrean la época. Como contraste ahora recuerdo la pelìcula Gladiador, donde el General Máximo Décimo Meridio era querido por sus hombres por su ejemplo como lider, que combatía a la par de ellos, se preocupaba de su bienestar y de su suerte en el combate y fuera de él. Hay momentos heroicos para un gerente (dirigir) y también para un administrador (servir). Recuerdo ahora por ejemplo, cuando la Madre Teresa "visitó" Beirut en 1982 y logró un cese del fuego para rescatar "personalmente" cerca de 40 niños especiales o discapacitados mentales del fuegro de ambos bandos. Servir no es cosa de "blandengues", hace falta coraje para no levantar un arma o una mano ante ojos, labios y espíritus hostiles. También hay que ser muchas veces "manso" como gerente (dirigir, general) para persuadir y hacer internalizar ideas a los subordinados para llevar a cabo aquellas acciones necesarias y así obtener éxito en la labor.
Examinemos entonces una vez más estos dos aspectos. Recordemos aquello que dijo Gandhi...Si quieres que cambie el mundo, comienza por ti mismo. Para hacer de nuestras organizaciones los lugares más aptos para generar riqueza (interna y externa) a todos sus integrantes (dueños, directores, empleados, obreros...), habrá que conjugar ambos sentidos y dar lo mejor de nosotros mismos en pos de ese objetivo.
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