Cuando todo encaja

Venimos reflexionando en los artículos anteriores sobre distintas situaciones que conviene corregir y/o evaluarnos acerca de nuestro desempeño.

En  esta oportunidad la reflexión apunta a ser capaces de reconocer y valorar cuando nos encontramos en un ámbito, lugar de trabajo, equipo de personas, empresas, rubro, etc... donde las cosas definitivamente "encajan" !

El que les escribe, estuvo hace poco tiempo desocupado durante más de un año, a pesar de un buen curriculum que abarca cerca de 30 años de carrrera ascendente. Esa situación (que no viene al caso analizar motivos ahora..aunque ya los tocaré en el futuro), nos hace pensar en muchos aspectos, especialmente todas aquellas cosas que prometemos realizar o cumplir cuando volvamos a entrar en el circuito laboral.

Entonces, vale la pena (no solo para aquellos que hayan pasado semejante situación) listar e internalizar los distintos aspectos que hoy en día en nuestras realidades laborales "SUMAN" y partir de ellas para ir hacia adelante perfeccionando en forma ininterrumpida nuestro desempeño profesional.

En muchas oportunidades perdemos la capacidad de valorar la infraestructura de la que disponemos, el respeto recibido por parte de nuestros empleadores, el prestigio de la compañía y lo que representa para nosotros portar una tarjeta personal con su logotipo. Me viene ahora a la mente una afirmación que dice..."El trabajo dignifica al hombre". Efectivamente no solo en tiempos de crisis sino también en los de prosperidad, hemos de detenernos a mirar a nuestro alrededor con humildad y saber reconocer las coincidencias y los factores que contribuyen a nuestra prosperidad (derivado de nuestro desempeño profesional) y valorarlos en su justa medida.

Probablemente este tema, debería ser motivo de reflexión con nuestros colaboradores también. Habrá que hacer la salvedad, que no se pretende alentar el conformismo o el temor de perder el empleo simplemente, sino de incrementar la conciencia de los "talentos" que se nos han concedido para administrar y que como administradores que somos se nos pedirá rendir cuenta de ellos tanto en el plano material como en el espiritual. Esto, necesariamente representará nuestra retribución interior (satisfacción) como la exterior, en la justa medida de lo que hemos aportado.

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