El tema de esta reflexión es "delegación de tareas" . Los gerentes, supervisores, jefes y afines, hemos tenido alguna vez oportunidad de estudiar esta importante materia de la administración de negocios, sin embargo nunca está de más revisar como andamos.
Sabemos, gracias a los principios enunciados por uno de los padres de la Administración contemporánea, Henri Fayol lo que implica por ejemplo: Autoridad: Los gerentes tienen que dar órdenes para que se hagan las cosas. Si bien la autoridad formal les da el derecho de mandar, los gerentes no siempre obtendrán obediencia, a menos que tengan también autoridad personal (Liderazgo). O, Unidad de Dirección: Las operaciones que tienen un mismo objetivo deben ser dirigidas por un solo gerente que use un solo plan.Unidad de Mando: Cada empleado debe recibir instrucciones sobre una operación particular solamente de una persona.
La cuestión es en que medida estamos aplicando apropiadamente estas impresciptibles reglas en nuestros quehaceres diarios. Tareas que a la hora de rendir cuentas "todos" sabían que debía realizarse, sin embargo "ninguno" tiene la respuesta apropiada del por que no se realizó. Siempre hay algún atrevido se anima a decir "a mi nadie me dijo nada", y claro...esto levanta más temperatura a todo el asunto.
Si se tratare de nosotros mismos quienes tenemos problemas para realizar nuestras tareas ante la poca claridad de que y como hacerlo, tenemos que apresurarnos y clarificarlo de inmediato. Si nuestro superior es el que no lo tiene bien en claro, habrá que buscar el momento propicio para sentarnos con él y definir las cosas o bien conversar con Recursos Humanos o quién nos contrató para que nos ayude con esto.
Es mucho lo que desperdiciamos de talento, buena actitud, capacidad e inclusive salud física y mental de nosotros mismos y de nuestros colaboradores, cuando delegamos inapropiadamente. Tengamoslo en cuenta ya que bien administrado, este es un importante factor de éxito para un Gerente.
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