"Cultura Organizacional, comprende las experiencias, creencias y valores, tanto personales como culturales de una organización".
Como suelo iniciar estos artículos, tomamos lo que hemos aprendido en la universidad y/o aquello que se nos reitera en esos importantes cursos y seminarios que algunos tienen posibilidad de asistir, a fin de reflexionar sobre nuestra propia realidad profesional y obrar en consecuencia.
Definitivamente hay ejemplos no solo profesionalmente envidiables sino conmovedores en lo personal. A estas alturas no podríamos decir que hay buenas y malas culturas organizacionales porque sería lo mismo que decir que la cultura de los libios es mala y la de los ingleses es buena, lo cual no resiste discusión. Lo que sí es claro es que si vemos a un señor caminando por la calle con un termo de agua caliente bajo del brazo y un mate en la mano del mismo brazo en un día de verano con más de 30º de calor, casi con seguridad va a ser uruguayo. En otras palabras hay rasgos que no dan lugar a dudas de quien estamos hablando o que es lo que caracteriza a esa persona u organización.
Hay organizaciones que se esfuerzan por mostrar una forma de ser y sin embargo sus acciones "delatan" o evidencian su cultura organizacional. La cultura organizacional se va forjando como capas o vetas de un arbol...con el tiempo, sucesos, personas que han pasado o mediante los fundadores o conductores que tienen.
La orden religiosa fundada por Teresa de Calculta por ejemplo vive y actúa coherentemente con los principios de su fundadora quien a su vez ha sido ejemplo para creyentes y no creyentes con sus obras y sus dichos en momentos difíciles o en momentos de halago y reconocimentos.
Lo mismo podemos ver en las memorables películas de El Padrino. El asunto es, si nuestra cultura organizacional va nutriendose o evolucionando conforme a los nuevos tiempos, las nuevas ideas, los descubrimientos tecnológicos así como las reivindicaciones sociales o aquellas cuestiones que de una u otra manera van llevando al hombre y la sociedad en ser más justa, equitativa, plena o lisa y llanamente más feliz y realizada o no. Hay organizaciones que van contra la corriente y continúan defendiendo a sus integrantes por ejemplo,, del avance de la tercerización con la excusa de mejorar la rentabilidad, desligandose de compromisos impositivos, de seguridad social o de aportes vinculados al retiro. Están también aquellas que nunca dejan de ocuparse de sus integrantes en lo que se refiere a reconocimientos, premios, promociones, capacitación y orientación en cuanto a desarrollo personal y hasta asistencia espiritual y familiar (consejeros).
Y claro está también tenemos, aquellas organizaciones muy bien caracterizadas aún en la segunda década del siglo 21 como la que trabaja Homero Simpson en Springfield. Efectivamente hay muchas así y no solo son grandes compañías, hay tambien pymes. En algunos casos tenemos posibilidades de elegir permanecer en ellas o no pero en la mayoría de los casos, esa posibilidad no es tan grande como quisieramos. Por este motivo, la evaluación de la cultura organizacional debe ser un tema sumamente importante. Existen médotos de auditoría de la cultura organizacional ? Posiblemente ya habrá consultores que lo hayan desarrollado obteniendo muy buenas sumas de dinero por ello. Sin embargo habría que ver si los resultados fueron tan buenos como la suma erogada para ello.
Como tema contidiano de gerentes que pretenden alcanzar o consolidar su éxito profesional, hemos de reflexionar sobre que tipo de cultura caracteriza a nuestras organizaciones y que aspectos de ella deberían evolucionar y/o transformase conforme aquellos principios que ostentan sus conductores actuales o por que no sus fundadores. Si la coherencia de a poco se va diluyendo, una conversación o presentación oportuna sobre ello tendrá que ser lo que profesionalmente corresponde. Estas cuestiones deben analizarse sobre la base de lo habitual, de lo práctico, sofisticarnos a buscar y filosofar de poco o nada servirá para que las cosas mejoren.
Habrá que confrontar con las políticas de recursos humanos, con las vinculadas a dar respuesta a clientes insatisfechos, el trato con proveedores, el cumplimiento de las obligaciones tributarias, seguridad social y finalmente, con la conciencia. Conciencia propia (como gerentes) y la conciencia de aquellos que hoy dirigen la organización y que de distintas maneras están comprometidas con todos los integrantes de esa empresa que les desarrolla como seres humanos a ellos mismos y al resto que les acompañan.
No hay comentarios:
Publicar un comentario