Entre los artículos más leidos en esta página encontramos los relacionados con los estilos de gerenciar que tenemos o que normalmente vemos en las distintas organizaciones. Es así que entonces vemos, que vale la pena seguir ese camino de reflexión y propositos para lograr una gestión personal exitosa.
Definitivamente es un elemento determinante, de un conjunto de cosas que como dominó se transmiten hasta el último confín de las empresas. Por esta razón, particularmente me siento atraído e identificado con las escuelas de pensamiento que insisten en destacar tanto la habilidad y técnicas formales adquiridas por los gerentes en capacitaciones, pos grados y afines como sus cualidades personales, sus principios, sus valores o su personalidad. Si bien no tengo autoridad profesional para cuestionar aquellos test de personalidad que se emplean a la hora de procurar entender o identificar como somos o reaccionaremos antes tal o cual situación, soy de los que considera que el "trato" es el elemento fundamental para entender y sostener las relaciones con superiores, colegas y subordinados en una organización.
Esto no significa dejar de respetar el derecho a la privacidad. Tampoco invadir o abrumar a la gente con preguntas inquisitivas sobre su vida privada, su familia, gustos, dificultades. Sin embargo tratar a la gente es fomentar y mantener canales de comunicación tanto formales como no formales (siempre dentro de un marco de respeto y ubicación). Lógicamente aquí hemos de ser sumamente serios y profesionales en cuanto al manejo de lo que es confidencial y lo que no lo es. En un artículo planteaba los límites de este tipo de relacionamiento en cuanto hasta donde llega nuestra supervisión y a partir de donde debe tomarse otro tipo de medidas tales como ayuda psicológica y afines.
Definitivamente conocer y comprender de a poco las aspiraciones, el entorno familiar y social, los orígenes, si hubo algún acontecimiento traumático en el pasado o si existen situaciones graves de salud o dinero en el seno familiar (por ejemplo), es de importancia en este punto. Definitivamente también, somos el resultado de todo ello y por ende, no deberían de extrañarnos las reacciones que surgen en el trato cotidiano si algo de esto conocemos. Evidentemente para llevar adelante estas conversaciones el Gerente debe estar formado. Esta formación no debe confundirse necesariamente con la formación religiosa por ejemplo, o las vinculadas al ámbito de la fe en algo o alguien. Es verdad que nuestros criterios o juicios están fuertemente influenciados por ese tipo de formación pero siempre debemos recordar el respeto a la individualidad y la libertad de conciencia que todos tenemos. Importa también conocer sobre la personalidad humana, adquirir conocimientos sobre sociología y fundamentalmente nutrirse de lecturas que edifiquen nuestra alma, nuestro interior para compartir así ese aspecto tan importante con los que nos rodean.
A pesar de estas consideraciones, seguimos y posiblemente seguiremos viendo a pequeños y grandes dictadores en nuestras organizaciones. Lamentablemente en muchos casos son alentados o fomentados solapada o abiertamente por los directivos o gerentes generales. La cultura del perro fiel es muy fuerte aún en muchos ámbitos. Eso se nota y muy facilmente en el primer contacto con el guardia de la puerta de entrada tal vez, o con un supervisor, encargado de compras o inclusive hasta una recepcionista. No hay que urgar mucho para conocer y entender el clima organizacional o el estilo de gerenciar que predomina en una empresa.
Hemos de recordar esas simpáticas y tan ciertas frases tales como: Si quieres que algo se conozca dí que es secreto. O no aclares que oscureces.... Cuanto más se quiere disimular el ambiente hostil o la disconformidad de los empleados más se nota en todas partes. Vale la pena entonces ir a fondo con este asunto de como vamos a gerenciar a nuestra gente. Ir a fondo con nuestros superiores y determinar francamente si estaremos dispuestos o no a hacerlo a su modo. De la misma manera, si encontramos o contamos con dueños o gerentes de organizaciones con buenos valores, hemos de cuidarlos y cuidar nuestro lugar allí. Y fundamentalmente destacarlo con nuestros colaboradores. Tenemos tendencia a minimizar aquello bueno que tenemos en nuestras manos y eso es algo que debemos evitar y convertir cuanto antes.
Por último, no viene mal tampoco recordar aquello que dice, trata a tu prójimo como quieres que te traten a tí. Varias veces citamos ya a Gandhi y no está de más hacerlo ahora cuando dijo aquello de que el cambio comienza con nosotros mismos.., de lo contrario, nada pasará, nada cambiará y seguiremos lamentandonos de todo lo malo que nos rodea.
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