Entre los temas que más se destacan en el Management o gerenciamiento, encontramos claro está el de las habilidades gerenciales. En torno a esta cuestión, tanto los estudiosos de la materia como operativamente, los responsables de evaluar y contratar personas, permanentemente elaboran teorías y distintas maneras de cuantificar resultados.
De manera particular, considero que el tradicional esquema entre los distintos tipos de habilidades que alguna vez aprendimos en la universidad, tiene vigencia. Sin embargo, creo que un factor clave en la aplicación de las habilidades gerenciales (como eje transversal), son las atribuciones concedidas.
Si graficáramos los niveles de atribuciones y posibilidades de tomar decisiones de un gerente, nos encontraríamos que en las empresas familiares, son sumamente acotadas, en cambio a medida que las organizaciones crecen y se despersonaliza la figura del “dueño”, estas aumentan muy favorablemente. Alguien dirá tal vez, que la ventaja de desempeñarse en una empresa pequeña o familiar, es que las cosas se resuelven más rápidamente, sin embargo, la velocidad está sumamente condicionada a la disponibilidad de las personas, sus estados de ánimo o sus pareceres, que no siempre tienen un sustento profesional o técnico.
Conozco empresas donde un gerente tiene que pedir autorización o el parecer del dueño hasta por sumas inferiores a U$S 100. Todos nos preguntaremos, entonces para que nombrar gerentes en estas condiciones. Definitivamente una función es la de mostrar un organigrama robusto ante terceros. Otra es la de dar órdenes, verificar que las cosas se hagan conforme a una instrucción recibida. Sin embargo, es altamente frustrante el hecho de que a la hora de elaborar cursos de acción para solucionar un problema o accionar en pos de lo que se considera la mejor alternativa, sobrevenga el bloqueo de carecer por completo de atribuciones para ello.
Por esta y otras razones es que no resulta fácil asumir un cargo gerencial. Las cuestiones aquí abordadas, en general, no son estáticas sino que son dinámicas, aunque de manera evidente, conforme al tipo de organización que analicemos, hay tendencias que prevalecen todo el tiempo.
El gerente debe estar técnica, conceptual y críticamente preparado para afrontar situaciones y defender su posición. Como hemos señalado en otras oportunidades, habrá momentos de la verdad, donde tenga que insistir sobre lo que considera conveniente y afrontar las consecuencias. Será importante también, la reflexión de directores y dueños de negocios propios en el sentido de reconocer y valorar los conocimientos y experiencia de sus gerentes y generar mayores espacios para su desempeño. De lo contrario, su dinero no rendirá los frutos esperados y en poco tiempo, desmotivado, el profesional contratado buscará nuevos horizontes en pos de ser un gerente exitoso y bien remunerado.
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