Buscando lograr un año mejor

Siendo el segundo día del Año 12,  me pareció oportuno que reflexionemos juntos acerca de los propósitos que normalmente procuramos hacer en esta época. Afortunadamente muchos pensadores, consejeros o guías espirituales recomiendan que escribamos lo deseado, que planifiquemos, que hagamos un examen. En verdad, son muy buenas prácticas y todos deberíamos llevarlas a cabo.

La cuestión de raíz es procurar identificar y definir en nuestras vidas, que es lo que verdaderamente queremos. Si bien parece obvio, considero que a la hora de concretar, no siempre es tan fácil. Primero deberíamos ir de lo general a lo particular. En general, tendemos a comenzar por los detalles o por la conclusión, tal como desear aumentos de salarios, una casa nueva, un auto, aprobar los exámenes o cosas así. En este sentido, conviene primero determinar que tipo de vida queremos tener. Sin temor a escribirlo, deberíamos considerar o evaluar, en que medida la vida que llevamos se encuentra acorde a esa, que verdaderamente quisiéramos vivir. Me refiero a ser y hacer las cosas que en lo más profundo de nuestro ser tenemos y creemos que querríamos. Posiblemente muchos se encuentren con la dificultad de no estar seguros de ello o nunca habérselo planteado de ese modo. La propuesta viene, porque no sería la primera vez que nos encontramos con el hecho de estar teniendo cosas, con esfuerzo, créditos y estrés invertido y resulta que al cabo de algún tiempo ya no nos proveen esas sensaciones o satisfacciones que creíamos que iban a proporcionarnos. Hay que atreverse a poner en papel lo que en verdad queremos. Ese debe ser el verdadero punto de partida. Y si nos damos cuenta que aún no lo sabemos, pues habrá que trabajar en ello hasta lograrlo.

No siempre o no todos desean o están dispuestos a trabajar por el resto de su vida doce o catorce horas bajo un jefe, planes ajustados y pocos niveles de autoridad para lograr un ingreso tal que le permita adquirir una casa a pagar en veinte años, un auto del modelo del año a pagar en cinco, tarjetas de crédito casi al límite para pagar gustos del momento, vacaciones por quince días a pagar durante el año, colegios caros para sus hijos y ningún margen para ahorrar algún dinero….consumiendo al máximo energías físicas e intelectuales en una vorágine de año rogando que todo siga igual para que no nos caigamos como dominó.

Hay que tener valor para vivir y pagar el precio por la manera en que verdaderamente queremos transitar la vida. Pero si tenemos la valentía suficiente, hemos de plantear cuales son las condiciones necesarias, disponernos a que el tiempo transcurra, perseverar y lo más importante…..Una vez que lo tengamos en el pensamiento y lo comencemos a desear, dejar que el Universo haga su parte para que se concrete.

Personalmente a mi me llevó casi la mitad de mi vida, entender que somos fruto de aquello, que alguna vez deseamos ser o aquello que alguna vez tuvimos en nuestra mente (con miedos y bloqueos incluidos). Por lo tanto, lo que quiero ser este año y el resto de mi vida, será lo que deseo hoy, lo que tengo en mi mente hoy. En la medida  que me enfoque adecuadamente lo lograré. De lo contrario, igual ocurrirá, pero ocurrirá como conciente o inconcientemente lo he enfocado y he aquí la enorme diferencia.

La propuesta tal vez no luzca sencilla, pero dada su importancia y seriedad, nadie dijo en ningún momento que lo fuera. Recordemos entonces….Atrevámonos a identificar, como queremos vivir, sin prejuicios ni obstáculos, procuremos visualizarlo, entendamos que hay un camino que recorrer y luego, con mucha paz, apelemos al Universo para que haga su parte.

Ya estamos en el Año 12! Te deseo un excelente viaje.

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