Nunca cambia

Esta bella imagen refleja una de las tantas cosas que no cambian. Una bella chica, el piropo atrevido y simpático, la reacción de las personas...cada una con su aire, con su estilo, algunos solo mirando, otros atreviendose a más, de acuerdo a como son. Y así como esto no cambia, muy a pesar de los avances de la tecnología, tampoco cambia la manera que nos gusta ser tratados. Me refiero a como ser tratados en el empleo, en la calle, por la autoridad de turno, por la publicidad, por los programas de diversión, por una telefonista o por el personal de contacto con el público de un banco.

Pero resulta que muy a pesar de que asistimos a la universidad para estudiar marketing o relaciones humanas, que sofisticamos nuestros medios de contactar con el público, o que disponemos de sensores y hacemos encuestas una y otra vez, la percepción es que somos números disfrazados de personas.

Cuando en horarios de descanso recibimos por el celular una promoción de un viaje a Mozambique y que si acumulamos puntos y seguimos enviando mensajes podremos participar de un sorteo de un auto, nos tratan como personas? Cuando nos llama una trabajadora del telemarketing desde una ciudad del centro de Argentina con aire de su región y nos quiere comentar las promociones vigentes indicándonos que "la oficina más cerca a la que nos tendríamos que dirigir" está atravesando la ciudad...nos tratan como personas? Cuando nos aseguran que el producto tiene "garantía", pero ojo, por deficiencias de alguna de sus partes originadas por defectos de fabricación (donde la posibilidad es remotísima), y no así si una de sus partes plásticas o más débiles en pocos días se rompe (por la baja calidad de los productos utilizados, claro), nos tratan como personas?

Pues bien, aquí tenemos una excelente oportunidad para ser Gerentes Exitosos, yendo "contra corriente", y haciendo sentir verdaderamente como personas a nuestros clientes. Cuando lo masivo atenta contra la consideración de la individualidad que tenemos como personas...hacemos mal negocio y fundamentalmente agregamos material combustible a nuestra base de clientes... Eso si, cuando estalla, con seguridad no nos faltarán culpables, salvo claro los que verdaderamente tomaron la decisión de tomar a las personas simplemente como gente y tratarlas como un dato en sus tendencias para el próximo año.

Para ir contra corriente debemos tener la humildad de aprender de la historia y una vez más terminar de darnos cuenta, de que aquello que inventamos generación tras generación para aumentar nuestro confort, nuestra forma de comunicarnos, vestirnos o divertirnos, no inmutan las reglas de la consideración individual que tenemos por ser personas.

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